La construcción tiene un gran efecto sobre el medio ambiente, ya que la fabricación de acero y cemento produce una cantidad considerable de emisiones de CO₂. De acuerdo a John Barrett, de la Universidad de Leeds, las emisiones generadas durante la construcción del edificio Leadenhall alcanzaron las 92.210 toneladas de CO₂, lo cual equivale a las emisiones producidas por unos 20.000 automóviles.

Con el fin de mitigar este impacto, el informe de C40 Cities plantea la posibilidad de emplear madera en vez de acero y concreto. Un ejemplo sobresaliente es el edificio The Tulip's, el cual fue diseñado por Foster+Partners y logra reducir su consumo energético en un 50% gracias al uso de ventilación natural y vidrios de alto rendimiento. Este enfoque abarca la descarbonización total, así como la búsqueda de eficiencia y minimalismo en el diseño.

Cruz Azul y otras empresas están adoptando prácticas de ecoeficiencia para potenciar la construcción sostenible. Algunas de sus actividades incluyen el procesamiento conjunto de residuos, la gestión de aguas residuales y la vigilancia de emisiones, contribuyendo así a mitigar los efectos ambientales y fomentando el reusó sostenible.

Para lograr una construcción más sostenible, es necesario incorporar materiales y métodos que reduzcan la emisión de carbono y aborden los problemas derivados del cambio climático. De esta forma, se pueden encontrar soluciones amigables con el medio ambiente y eficientes para las generaciones futuras.